Esas personas “difíciles”

“Sé que voy a decirle algo y me va a contestar con una agresión, con algo que no quiero escuchar, me pone a la defensiva, me duele. Voy a tener que contar hasta mil para no contestarle a los gritos con el mismo nivel de agresión”. ¿Cuántas veces nos dijimos eso? 

Hablamos de esa gente “difícil” que nos saca de las casillas. Y como no nos gusta pelear, ni ir al choque, hacemos un esfuerzo sobrehumano por no responder igual. Esa persona puede ser un compañero de trabajo, un familiar, un vecino… Es alguien con quien tenemos que seguir conviviendo o compartiendo reuniones o espacios. Sabemos que contestar del mismo modo nos lleva a la pelea y es probable que optemos por ser pasivos; es decir, callar, ignorar, no defendernos. Sin embargo, esta última actitud tampoco es beneficiosa, porque si bien no permitimos llegar a una discusión, lo cierto es que solemos quedarnos mal, angustiados por la injusticia y frustrados por haber dejado que nos hablen así. Entonces, ¿qué hacer? 

Siempre hay algo que puede hacerse para mejorar los vínculos. Porque no se trata de adaptarnos a todo, sino de buscar la manera de vivir en paz con los demás. En nuestra nota de tapa, compartimos con ustedes un informe especial que nos explica cómo desde la psicología y basándonos en lo que se conoce como nuestra propia inteligencia emocional podemos entablar relaciones más sanas, incluso con esas personas “difíciles”, desarrollando nuestra asertividad.

Cada uno de nosotros carga una mochila repleta de experiencias, de huellas emocionales que forman nuestro carácter, nuestra autoestima. Si miramos dentro de ella, encontraremos las herramientas para vivir mejor día a día. Solo se trata de dar el primer paso... 


Tamara Herraiz
Directora revista "Psicología Positiva"

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