Masaru Emoto fue un autor japonés conocido por sus controvertidas afirmaciones de que la acción de palabras, oraciones, sonidos y pensamientos dirigidos hacia un volumen de agua influirían sobre la forma de los cristales de hielo obtenidos del mismo. Según Emoto, la apariencia estética de los cristales (captada a través de microscopio electrónico) dependería de si la energía a la que son expuestos sea positiva o negativa.
El ser humano es al menos 70% agua, imagine qué resultados obtendremos sobre nuestra anatomía si buscamos exponernos en mayor medida a factores positivos.
De la tierra venimos y a la tierra volvemos; nos alimentamos de frutos vegetales y animales que de la tierra y el agua al mismo tiempo se alimentan. Por ello transcurrimos nuestra existencia sin ser del todo conscientes de que al interactuar con la tierra, adquirimos y conservamos moléculas de Napoleón, Carlomagno y Juana de Arco.
Aunque es altamente cuestionada y hasta considerada como fraudulenta por los detractores, es innegable que cuando una persona está expuesta a malas energías, estrés y factores negativos las defensas bajan y se enferma constantemente.
Cabe destacar que la teoría de Masaru Emoto, no ha podido ser demostrada fuera de su laboratorio ya que al intentar hacerlo los pensamientos del experimentador malogran el experimento, debido a que el agua reacciona ante la intención y se ve anulada, arrojando como resultado lo que espera el experimentador. Así de sensible es.
Viviana Vitulich
Psicóloga Social
Operador en Salud Mental
MP. RN. 9429
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